No soy producto de mis
circunstancias, soy producto de mis decisiones.” Steven Covey
Nuestras vidas son el
resultado de nuestras decisiones. Cada decisión tomada o no tomada, consciente
o inconscientemente, desde tu infancia es un ladrillo que ha construido la vida
en la que hoy vives.
También las decisiones no
tomadas afectan a tu vida, pues el no decidir ya es una decisión. Si decidiste
dejar las clases de piano, o no atender en clases de inglés o unirte a una
pandilla y no a otra, sin duda alguna eso ha impactado en los resultados que
has tenido, y a la vez esas resoluciones te han llevado a tomar nuevas
decisiones y así sucesivamente.
EL PROCESO DE TOMA DE DECISIONES
La realidad es que pocas
veces nos paramos a pensar en cómo tomamos nuestras decisiones, y la mayoría de
las veces actuamos impulsivamente y en piloto automático. Nuestra mente tiende
a consumir la menor energía posible. Cuando ante una situación un día tomaste
cierta decisión, tus neuronas crearon ciertas conexiones y circuitos por los
que tu mente va a pasar una y otra vez para seguir tomando las mismas
decisiones ante circunstancias semejantes. Es por eso que se dice que el hombre
es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.
TIPOS DE DECISIONES
Seguramente si echas la vista atrás te darás cuenta de que la
mayoría de tus decisiones han sido impulsivas y puramente emocionales. El ser
humano, bueno en realidad cualquier ser vivo, se mueve en dos direcciones, una
para evitar el dolor y otra para alcanzar el placer. Estas podrían llamarse
las decisiones primarias, pues son las que garantizan nuestra supervivencia. Pero hay
otro tipo de decisiones, las decisiones secundarias (aunque no menos
importantes) que son las que marcan la calidad de nuestros resultados.
Por ejemplo, la decisión de comer cuando
tienes hambre sería una decisión primaria, sin embargo, decidir preparar una
ensalada sustanciosa en vez de una pizza precocinada, sería la decisión
secundaria que marca la diferencia entre tener buena salud y mantener tu peso
ideal o no. Así pues, las decisiones primarias son tomadas de forma impulsiva y
las secundarias aplicando la lógica.
Luego tenemos las
decisiones que están basadas en nuestras creencias. Éstas podrían considerarse
primarias desde el punto de vista que son automáticas e inconscientes, sin embargo,
nos creemos que son decisiones lógicas porque nos llenamos de argumentos
irrebatibles para defenderlas. La cuestión aquí es que la mayoría de
nuestras creencias nos limitan porque son parciales, solo contemplan una
parte de la realidad. Un ejemplo de esto podría ser elegir estudiar una carrera
universitaria porque tiene más salidas que otra que me gusta más.
5 PASOS PARA TOMAR DECISIONES CONSCIENTES
En definitiva, si la calidad de nuestra vida depende de la
calidad de nuestras decisiones, sería importante dedicar tiempo, recursos y
energía a reflexionar para tomar decisiones de forma consciente. ¿Y cómo tomar
este tipo de decisiones conscientes? A continuación te cuento el método de 5
pasos que yo aplico a mí misma y que utilizo con mis clientes para ayudarles a
tomar mejores decisiones en sus negocios y en sus vidas y crear un plan de acción coherente con sus decisiones.
1.AMPLIAR LA PERSPECTIVA
Por eso es conveniente
ampliar nuestros límites sensoriales y de pensamiento para tener una visión
360º. Cuando ampliamos nuestra perspectiva vemos lo que antes no veíamos,
obtenemos más información y por tanto nuestra toma de decisiones estará
mejor fundamentada.
2.VALORAR LAS ALTERNATIVAS
Cuando ampliamos la perspectiva aparecen salidas que antes no
veíamos. Al mirar un escenario desde diferentes ángulos podemos contemplar
detalles que estaban pasando desapercibidos y que pudieran encerrar la solución
a un problema específico. A la hora de poner diferentes opciones sobre la
mesa se potencia nuestra creatividad, se activa nuestra mente
y nuestras neuronas empiezan a crear conexiones nuevas. Una idea puede llevar a
otra y ésta a otra hasta que damos con la decisión más acertada.
3.CUESTIONAR LOS ARGUMENTOS
La mayoría de nuestras decisiones son emocionales, y luego nos
damos un montón de argumentos súper convincentes para quedarnos satisfechos con
nuestra decisión. Cuando en realidad, sería más conveniente cuestionar
todos los argumentos antes de tomar una decisión. Es cierto que no podemos
hacer un debate con nosotros mismos ante cualquier decisión. Sin embargo,
cuando te acostumbras a pensar en estos términos la toma de decisiones es mucho
más fluida y acertada. Podrás chequear la validez de tus decisiones simplemente
preguntándote por cada argumento que te das: ¿es eso cierto?
4.MEDIR LAS CONSECUENCIAS
En algunas ocasiones
optaremos por el mal menor. En este caso lo haremos a sabiendas de los posibles
efectos secundarios. Lo bueno es que no nos llevaremos las manos a la cabeza.
Incluso si nos adelantamos, podremos poner remedio antes de que sea demasiado
tarde. Esto nos pone en una actitud de control y no de víctima. También nos
ayuda a romper fantasías antes de que nos veamos arrastrados por ellas.
5.ALINEAR LOS VALORES
¿Alguna vez te has sentido en la obligación de elegir algo que
no te satisfacía? Seguramente sí, y seguramente te hayas arrepentido a
posteriori. El caso es que muchas veces tomamos decisiones
extremas por
agradar a los demás o pensando en el que dirán. O bien nos dejamos llevar y un
tercero, ya sean tus padres, tu pareja, tus amigos, tu jefe o el gobierno toman
las decisiones por ti. Eso ocurre cuando no sabemos lo que queremos o no
tenemos seguridad en el resultado. Es clave conocer tus valores para construir
la vida que quieres. Solo así podrás tomar decisiones constructivas, que son
las que están alineadas con tus valores personales, con lo que a ti de verdad
te importa. Toda decisión que no esté basada en tus valores y prioridades
será una decisión destructiva que te aleje de tus metas.
Espero que este método de 5 pasos te ayude a tomar mejores
decisiones y más conscientes. En el ámbito de los
negocios hay que tomar muchas decisiones rápidas, y las malas decisiones pueden
costarte mucho dinero y ocasionarte serios problemas.
El proceso de toma de
decisiones con este método de 5 pasos te garantiza vivir una vida más plena y
consciente, y te pone rumbo a tus sueños. Es cierto que hacer este análisis en
solitario resulta complicado, por eso es importante contar con la ayuda de un
coach que te haga las preguntas necesarias para que llegues a tomar las
decisiones que más te convienen, tanto a nivel personal como profesional.

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